viernes, 7 de octubre de 2016

Los velos carnales permiten que la ilusión del control de la humanidad en manos de los que ostentan temporalmente el poder en la tierra, se revista de realidad a los ojos materiales incapaces de vislumbrar vibraciones mas sublimes incapaces de ser apreciadas por aquellos que fijan sus intereses en la misma materia que les hará perecer sus fantasías.

Sin embar

Nuestro fardo carnal aprecia la ilusión del control de la humanidad en manos de los que ostenta el poder temporal en la tierra, a pesar que la ley escrita en nuestra consciencia nos dicta que hay supremo en el universo cuyas leyes mantienen la armonía celeste.   Pléyades espirituales  que trabajan bajo el comando directo del regente planetario, el Cristo Jesús, hacen su mejor esfuerzo para evitarnos los males que nos autoprovocamos por nuestro descuido moral.  

Son esos mismos bienechores espirituales, los que amparados en los principios fraternos de colaboración y bondad, nos brindan a todos los Colombianos la responsabilidad histórica de llegar a un proceso de paz que satisfaga la mayoría, pues hay incrédulos sistemáticos cuya vibración empieza a rechazar el planeta y que asumirán el fruto de semejante siembra. 

El mandato de la espiritualidad superior

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